-Editorial-
Como sociedad no podemos dejar que la violencia en general se quede impune ya que, en algún momento, llegara el punto en el que nos afectará directa o indirectamente. Y, como sociedad, es nuestro deber exigir a nuestros mandatarios que las leyes se cumplan para todos, no importando si tiene influencia o poder de algún modo, la ley se debe aplicar contra todos.
Como no es secreto, la mujer tiene un mayor peligro en nuestra sociedad actual, que muchas veces son atacadas, agredidas física y verbalmente por el simple hecho de ser mujer. Y, aunque hemos evolucionado como sociedad, aun conservamos una mente que no nos permite aceptar que no hay razones para violentar a nadie y menos si se trata de algo tan vacío como el género con el que nació una persona.
Esta semana se vitalizó un video en el que el futbolista, Marco Pappa, violenta física y verbalmente a su ex pareja Andrea Aparicio quien es parte de las personas que han acusado al futbolista por violencia. En dicho video se ve como el futbolista maltrata verbal y físicamente a su ex pareja.
El Ministerio Público indicó que hay una orden de captura contra el futbolista, aunque en el pasado ya se le había visto con síntomas muy claros que denotaban la poca capacidad que este tiene para controlarse y la facilidad con la que la violencia lo domina. Pago una fianza a causa de falta al orden publico al haber agredido verbalmente a agentes de la policía y fue declarado libre por falta de mérito cuando fue acusado por violencia contra la mujer.
Aunque en esa ocasión pudo haber estado bien dejarlo libre, está claro que es una persona que se enoja con violencia y esa misma puede ser contra cualquier persona. En el país vemos que a delitos menores les dan condenas iguales o peores que las que le han tocado al exfutbolista. Claro está que el nombre y la influencia que este tiene dentro del mundo deportivo ayuda a que no le caiga el mismo peso que a otros infractores. Y no es posible que en una sociedad se permita y no se tiene que permitir que un nombre pese más que la ley.-Editorial-
Inaceptable que la violencia contra la mujer valga menos que un nombre
Como sociedad no podemos dejar que la violencia en general se quede impune ya que, en algún momento, llegara el punto en el que nos afectará directa o indirectamente. Y, como sociedad, es nuestro deber exigir a nuestros mandatarios que las leyes se cumplan para todos, no importando si tiene influencia o poder de algún modo, la ley se debe aplicar contra todos.
Como no es secreto, la mujer tiene un mayor peligro en nuestra sociedad actual, que muchas veces son atacadas, agredidas física y verbalmente por el simple hecho de ser mujer. Y, aunque hemos evolucionado como sociedad, aun conservamos una mente que no nos permite aceptar que no hay razones para violentar a nadie y menos si se trata de algo tan vacío como el género con el que nació una persona.
Esta semana se vitalizó un video en el que el futbolista, Marco Pappa, violenta física y verbalmente a su ex pareja Andrea Aparicio quien es parte de las personas que han acusado al futbolista por violencia. En dicho video se ve como el futbolista maltrata verbal y físicamente a su ex pareja.
El Ministerio Público indicó que hay una orden de captura contra el futbolista, aunque en el pasado ya se le había visto con síntomas muy claros que denotaban la poca capacidad que este tiene para controlarse y la facilidad con la que la violencia lo domina. Pago una fianza a causa de falta al orden publico al haber agredido verbalmente a agentes de la policía y fue declarado libre por falta de mérito cuando fue acusado por violencia contra la mujer.
Aunque en esa ocasión pudo haber estado bien dejarlo libre, está claro que es una persona que se enoja con violencia y esa misma puede ser contra cualquier persona. En el país vemos que a delitos menores les dan condenas iguales o peores que las que le han tocado al exfutbolista. Claro está que el nombre y la influencia que este tiene dentro del mundo deportivo ayuda a que no le caiga el mismo peso que a otros infractores. Y no es posible que en una sociedad se permita y no se tiene que permitir que un nombre pese más que la ley.