En Guatemala ocurren secuestros muy frecuentemente, y aunque el Gobierno asegura que no hay un repunte de secuestros como la población afirmaba; no es excusa para no perseguir tal delito o despreocuparse por el mismo.
Los secuestros son una forma de violentar la vida humana, así sea niño, adolescente, adulto o adulto mayor, rico o pobre, hombre o mujer. La mayoría de personas que pasan por esta brutal experiencia queda con repercusiones, por ejemplo el miedo a salir, nerviosismo, ataques de pánico, etc.
Sin distinción de sexo los pueden violar, turturar o mutilar, incluso les puede llegar a quitar la vida, si la familia del secuestrado no paga alguna diferencia monetaria por la vida de su familiar.
Sabemos que la población no quiere vivir con miedo, que la población guatemalteca quiere y debe ser libre, no es justo que las personas vivan con miedo a salir solas o incluso a publicar en sus redes sociales; ya que ahora lo usan como medio de información las pandillas y los maleantes.
En Guatemala todo debería ser equitativo e igualitario para toda la población, en este caso, buscar y perseguir a delincuentes así hayan secuestrado a una niña de una familia a nivel medio como a un niño de una familia más reconocida.
La población guatemalteca debe salir adelante y prosperar sea lo que se venga, pero no se debe dejar manipular o amenazar, debe estar unida como uno solo, y así se podrá parar esto.
Si una persona ve algo sospechoso debe actuar rápido o pedir ayuda a las autoridades más cercanas, para que esto no llegue a ser otro caso de los que muchos conocen.
Ninguna madre, ningún padre, abuela o abuelo, quiere ver la foto de sus hijos, abuelos, padres, nietos circulando por todos los medios de comunicación.
Queremos un país libre, donde podamos desarrollarnos como personas y profesionales libres.